sábado, 10 de enero de 2009

A 55 años de Fahrenheit 451
o
¿A qué temperatura se inflama un pdf?


Fahrenheit 451:
La temperatura a la que
el papel de los libros se
inflama y arde.

Si os dan papel pautado,
Escribid por el otro lado.
Juan Ramón Jiménez

Epígrafes de la novela
Fahrenheit 451 de Ray Bradbury



En una sociedad futura, la felicidad es un derecho que el gobierno debe salvaguardar, cuando se admitió que los libros no ayudaban a la felicidad, se prohibieron. En este tiempo las casas están protegidas contra fuegos involuntarios, así, los bomberos han dado un giro a su oficio, ahora se dedican a esperar alertas telefónicas que adviertan la posibilidad de casas con libros para acudir a ellas, registrarlas y al descubrirlos, incendiarlas.

Un día, Montag -un bombero- se encuentra con Clarisse, una adolescente que apunta hacia el aspecto humano de éste, despertándolo y haciéndolo cuestionarse si es feliz realmente, si está enamorado o si sabe algo de las demás personas. Sacudiendo así definitivamente a Montag, que después de este encuentro decide comenzar a leer libros que él mismo roba en su trabajo, convirtiéndose de este modo en un delincuente.

Este es el argumento de la novela Fahrenheit 451 del escritor norteamericano Ray Bradbury, un libro que nos propone aventurarnos en la denominada ciencia ficción y a partir de esta, mostrarnos nuestro mundo “real” lleno de censura, poca crítica, un gobierno totalitario pero democrático, una sociedad feliz pero en guerra constante, un mundo que aunque bien puede apuntar a un símil de la propia sociedad norteamericana de los años cincuenta en que fue escrito, cada vez se vuelve más vigente, y no solamente para Norteamérica, sino para el resto del mundo que se asemeja a esta cultura.

Un claro ejemplo de la situación en que se vivía en EUA es que la novela fue publicada por vez primera entre 1953 y 1954 en los números dos a cuatro de la revista Playboy ya que ninguna editorial se animó a publicarla por la época política se temía editar –paradójicamente- algo que tratara acerca de la censura (¡Censurar a quien dice que hay censura!).

Si bien, la sociedad futura que profetiza Bradbury era una crítica en su momento a la sociedad norteamericana en que la televisión comenzaba a desplazar a toda forma de entretenimiento e incluso relación con la gente, ya no digamos el hábito de lectura, ahora también, como es costumbre, tiende a mostrarnos a poco más de medio siglo de su gestación en la cabeza del escritor, una realidad que comienza por instaurarse, ya deja de ser ese exceso absurdo para dar paso a una posible realización.

La fuerte crítica que lanza en esta novela Bradbury, abarca desde la censura a la libertad de expresión, la persecución a quien ose cuestionar las normas fácticas hasta el retrato de las personas embutidas en tecnologías que dan felicidad aunque no sepan qué es esta o la marginación al intelecto de manera voluntaria y autónoma por parte de la sociedad, y todas estas se tornan con el paso de los años más reales que entonces.

¿Pero es realmente la tecnología la culpable del embrutecimiento masivo de todos?, ¿los libros por sí mismos son más valiosos que la televisión?, ¿la única solución radicaría en parar los avances tecnológicos para así dar paso a la verdadera felicidad de cada ser humano con la naturaleza? Por supuesto Bradbury no es tan ingenuo, los libros es su novela son los representantes simbólicos del intelecto, la rebeldía, la libertad, el cuestionarse, la crítica. Las preguntas anteriores son respondidas conforme se despliega la magnífica trama que teje el autor, para hacernos entender que no es un simple elogio al papel escrito, sino a las ideas, los pensamientos y la razón. Por eso al final de su novela termina por enseñarnos la transmutación de los libros en humanos, es decir, no importa la representación sino a lo que representa.

Tomando esto último como referencia, cabe dejar de lado los lugares comunes en que se cae al criticar a las tecnologías actuales, por ejemplo al internet que parece ser el nuevo demonio a vencer dejando atrás cada vez más a su rival la televisión. Pero estas tecnologías no son malas per se sino únicamente en relación con nosotros.

Dice un viejo refrán “el mejor compañero ante la adversidad es un libro” pero ¿sería osado o erróneo pensar en que en un futuro sea un pdf? En vez de saltar inmediatamente a la defensa del papel, es también oportuno plantearse la posibilidad de que haya algún momento en que no sea necesario tener más libros físicos, es decir, en vez de criticar este tipo de tecnologías y aferrarse cual niño de seis años a su chupón, también es pertinente pensar que quizá en un futuro (por no decir que ya es así) el internet desplace casi por completo a nuestra comunicación, la información se contendrá en su totalidad en computadoras, es algo que no puede ya pararse, la pregunta es qué hacemos para no terminar embutidos en tecnologías embrutecedoras que nos dan videojuegos, películas que buscan la alienación, la enajenación total o el aplastamiento de la crítica social. La labor que queda es hacer uso de ellas, echar mano de los adelantos, utilizar el internet para la difusión de la expresión, los archivos pdf para la adquisición fácil y tal vez gratuita de un “libro”.

No es posible frenarse ante los adelantos, menos aun pedir un retroceso, la única alternativa es caminar junto a ellos poniéndolos al servicio de la educación, la liberación de la mente, la crítica.

Si no hay espacios en la televisión para aparecer y decir nuestro pensar, en la radio para hablarlo o en los periódicos y revistas o grandes editoriales para escribirlo, hoy se puede hacer en el espacio virtual y decir desde ahí, hacer desde ahí. Si a 451º Fahrenheit arde el papel del libro, ¿a qué temperatura lo hace un pdf? Quizá sea necesario otro tipo de bomberos para incendiar una biblioteca de estas.

Hace más de 55 años vio la luz esta novela, y hoy nos arroja nuevas preguntas, por eso es imprescindible remitirse de vez en vez a escritores como Bradbury que saben leer en la cultura lo que ésta escribirá.


José Vieyra Rodríguez

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Descargar Fahrenheit 451 en formato pdf.

2 comentarios:

Jesús V.S. dijo...

Me gustó mucho tu reseña.

Como bien dices, la obra es una crítica que trasciende mucho más allá de la libertad de leer en un futuro. La lectura se convierte en este libro es un símbolo de rebeldía. La literatura es disidencia, y por tanto, me parece una forma idónea para representar esa alternativa al creciente mundo mediático al que nos encaminamos.

Seguiré leyendo tu blog. Por cierto, si te gustó la novela; alomejor te gusta la película de Truffaut, introduce algunas variaciones pero también está bien.

Un saludo. Nos leemos.

José Vieyra dijo...

Ciertamente la película no me ha gustado tanto, aunque tengo que admitir que los últimos diez minutos han valido la pena.

¡Saludos y seguimos en contacto!