Nuevas Caras
Cuántas veces se rió tecleando "ja-ja-ja", sin una sonrisa en su boca... su vida, monótona a la vez que febril, transcurría día a día, minuto a minuto y nano-segundo a nano (eso, eso...), frente a un computador. Se desesperaba al mirar por la ventana, al no poder salir, no poder comprender lo que allá afuera ocurría. Un día, como tantos otros, entendió que no estaba solo, había millones como él, y que gracias a una ventana llena de iconitos, se mantenían vivos... Así, comenzó a vivir, lleno de un entendimiento nuevo, ante nuevas formas de vida, lo único era entenderlas o seguir muriendo.
Ricardo Rodríguez
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