Cuando desperté y me di cuenta que tenía pies; me asusté. Los tenía puestos, unidos al resto de mi cuerpo, listos para andar. Asumí que no debía levantarme aún. Preferí volver a recostarme y esperar a que desaparecieran. No sé cuánto pueda tardar, llevo ya algún tiempo y siguen ahí. No me importa, confío en mi teoría de la evolución.
J.V.R.
2 comentarios:
Quiza asi perdimos las alas... simplemente un dia nos sorprendimos de tenerlas... y nos negamos a volar.
Felicidades por el Blog!!!
Está en nosotros el comenzar a andar. ¡Gracias por tu comentario y por leernos! Saludos.
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