Cuentos de Penélope
"Penélope, con su bolso de piel marron,
y su zapatos de tacon y su vestido de domingo"
Algún mentiroso
Hay algo que debemos precisar antes de seguir hablando de Penélope. Era mexicana. En realidad nunca esperó a nadie, por que era mexicana. Y eso del "bolso de piel marrón", házme el chingado favor... hubiera querido tener cuando menos un bolso, eso, eso no se podía llamar bolso, un amarre hecho con unas tiritas de lino que encontró en la retacería. El día que compró uno, era pirata, de esos de "Dolche Gavana".
Mira, lector, te lo digo en serio, ¿de dónde una pinche criada iba a tener pa' zapatos de tacón?, Ora, ¿Qué es esa chilada de "vestido de domingo"? No, no, y tres veces no. Todos, todos, todos y tres veces todos sabemos que en la Alameda no se usa llevar vestido, se viste pantalón de mezclilla, entre más feo el color, y más resaltadas las costuras, mejor. Yo ya estoy hasta el gorro de que se hable así de Penélope. ¡Por Dios!, como si esperar como tonta hasta volverse loca fuera alguna virtud. Pinche Penélope, no me quiso esperar.
Ricardo Rodríguez
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