sábado, 6 de diciembre de 2008

¿Por qué escribir?

por José Vieyra Rodríguez


Hace unos días, una vez más retornó a mí la pregunta que alguna vez nos hemos planteado muchos de aquellos que intentamos mantener un sitio en el cual expresarnos por medio de las letras (ahora virtuales). Esto me sucedió debido a un comentario hecho para el blog de un amigo que le asaltaba a él también la misma pregunta.

¿Por qué escribir? Las respuestas pueden variar de lo más simple como un “tengo ganas” hasta complicadas elaboraciones teóricas acerca de la sublimidad que es la escritura. Variadas formas de justificación: para hacer arte; escribir como medio de expresión del alma; como vehículo de salida de las mociones íntimas del ser humano, catarsis, abreacción o liberación. Quizá una respuesta filosófica; recuerdo a Sartre con su propuesta de la literatura como medio para limpiar nuestra propia libertad. O tal vez escribir para ser reconocido por los demás (a lo que me pregunto ¿qué hacemos que no sea para ello?), crear una red en donde se nos reconozca como portadores de un decir importante, o como medio para negar nuestra condición humana; la efímera existencia. Hay tantas respuestas como seres humanos hayan escrito, puesto que como actividad única de los hombres, es a la vez universal y propia, no tendría porqué haber una respuesta a priori de los beneficios que hay en el hecho de escribir, si es que los tendría que haber.

Considero que cada uno de aquellos que nos propongamos escribir algo, tendríamos que preguntarnos porqué lo hacemos, para quién. Sin embargo, también creo que incluso si no logran ser respondidas es menester seguir en el camino, puesto que no siempre se tiene que tener un motivo consciente para todo, tener el control absoluto de todos nuestros actos, las razones supremas y las respuestas completas es, para mí, una pérdida de tiempo, cuando no, una quimera filosófica.

La funcionalidad, como debería de ser para todas las artes, es nula también. Pueden existir un sinfín de funciones que terminen por acontecer una vez hecho el escrito, pero una vez más creo que son fines oblicuos, no principales. Hablo, por supuesto, de cierta escritura, no niego que haya escritura con fines prácticos y determinados, ahí están los manuales de un aparato eléctrico o la literatura especializada en ciencias, etc. Pero, este escrito –por ejemplo- ¿para qué lo hago?, ¿para quién lo hago?, ¿por qué lo hago?, ¿sirve de algo? Todas las respuestas son válidas, lo hago para expresarme (¡qué hay más simbólico que el lenguaje!), lo hago para quien lo lea, sin destinatario, o mejor dicho con uno específico (el Otro), lo hago por que me agrada y bien puedo estar seguro, ahora, que no sirve de nada en beneficio de la humanidad. Pero quizá creo que el mayor problema es ese precisamente, siempre buscar un beneficio a la raza humana, siempre pensando en el universal para todos nuestros actos, ¿acaso no podemos escribir cada uno por diferentes motivos?

Una carta sin lector es, aun así, una carta para quien la escribió.

¿Por qué escribir? Una pregunta universal con respuesta particular.

1 comentario:

José Vieyra dijo...

Interesantes tus comentarios, trataré de clarificar un poco mi punto de vista.

Por un lado, cuando hablo de "buscar un beneficio a la raza humana", no me refiero únicamente al beneficio universal que pueda dar, sino incluso a forzosamente buscar "un beneficio", ¡también particular! Me viene un ejemplo ilustrativo, hoy, cada vez es más difícil comprar algo que no tenga supuestos beneficios extras, compras un bote de agua no sólo para quitarte la sed, ¡sino porque es bueno tomar agua para mantener un cuerpo sano y una digestión adecuada! o qué me dices de los juegos para niños menores de cinco años, muchos son con fines didácticos, "¡que su niño sepa los números, que aprenda las letras, a diferenciar colores!" al parecer va quedando fuera el ocio, la diversión, ¡el juego tiene que tener fines productivos! Lo mismo pasa con las artes y tantas otras cosas, inmediatamente se pregunta "¿y eso para qué sirve?"

Por eso, aciertas cuando dices que buscar el beneficio particular sería el mismo problema que buscar el universal. Que, como bien mencionas, al hablar de particulares se habla de universales, Freud en Psicología de las masas y análsis del Yo escribe "En la vida anímica del individuo, el otro cuenta, con total regularidad, como modelo, como objeto, como auxiliar y como enemigo, y por eso desde el comienzo mismo la psicología individual es simultáneamente psicología social en este sentido más lato, pero enteramente legítimo."

Gracias por tus comentarios José Alberto.