sábado, 30 de mayo de 2009


Fue niño y voy en jeep


por José Vieyra Rodríguez


Siguiendo nuestra propuesta, que inició hace poco más de un año, de analizar algunos anuncios comerciales emitidos en televisión para intentar encontrar la forma en que funcionan, además de tomarlos como medios de enseñanza de la cultura. Ahora presentamos un anuncio clásico dentro de la gran campaña publicitaria a la que ya habíamos tenido oportunidad de referirnos en el artículo Tecate ¿por mí?

Nos vuelve la idea de revisar esta publicidad, al encontrarnos hace poco con un letrero hecho en el vidrio de un jeep, el cual reza al igual que nuestro artículo “Fue niño y voy en jeep”. El jeep al cual nos referimos, es importante mencionar que se encuentra en condiciones desfavorables como para pensar ostentar de manera muy presuntuosa el hecho de poseerlo, sin embargo, el dueño del vehículo no se avergüenza en lo absoluto de su posesión, por el contrario ahora se encuentra doblemente orgulloso al haber tenido un hijo varón.

Este pequeño letrero leído en el vidrio trasero de ese viejo y descuidado jeep, nos remitió inmediatamente al conocido anuncio de la cerveza Tecate, aquí lo presentamos.



Procedamos con cautela en el análisis de este comercial, así como en el del letrero encontrado en el viejo jeep.

Consideremos para comenzar que las interpretaciones más directas y evidentes, si bien no siempre están equivocadas, tampoco son del todo completas. Por ejemplo, es sencillo ver en el video el pensamiento machista operando, fácilmente caemos en cuenta que se quiere un bebé por ser hombre, designando esta palabra exclusivamente para el sexo anatómico masculino, y vemos como otorga el nacimiento del varón una mayor dicha para el padre, por lo que, feministas aparte, todos estaríamos de acuerdo con que es una clara muestra del pensamiento machista, esa vieja herencia que parece imposible rechazar. En el letrero a que hicimos referencia desde el título mismo de este artículo, podemos encontrar el mismo pensamiento; el padre está orgulloso de su paternidad, especialmente por el hecho de que su cría sea varón, además remarca la visión machista al conjuntar su alegría de ser padre de un niño, con el hecho de viajar en un auto considerado un vehículo para intrépidos hombres aventureros, etc.

Hasta aquí este ejercicio intelectual no da más que respuestas dadas de antemano, críticas reiteradas hasta el hartazgo que se tornan fofas ante la sociedad. Por lo que intentemos tomar sólo como inicio estas visiones y vayamos más al fondo del asunto.

En primer momento consideremos que el “ser hombre” no está dado por la anatomía, es decir, no se nace hombre, sino que se llega a estar en esa posición en tanto se entre en relación con los demás y se llegue a aceptar, psíquicamente hablando, las funciones del varón en la sociedad. Esto no está fuera del comercial, analicemos para comenzar los escenarios para entender esto; en primer lugar aparece un hombre abriendo una ventana gritando “¡es hombre!”; el edificio del cual aparece es totalmente irreconocible, bien pueden ser departamentos o incluso las ventanas de un viejo edificio de oficinas, o ¿porqué no?, un hospital (es el momento del nacimiento, se llega a un mundo básicamente irreconocible). El grito no va dirigido a alguien en especial, incluso parece en un segundo escenario no tener nadie quien lo reciba puesto que únicamente puede observarse una hoja de periódico volando en una calle vacía. Pero con forme pasan las escenas se comienza a observar una mayor claridad de escenarios en que las funciones de hombres son predominantes, desde una oficina, un baño, y después se intensificará la visión de las funciones cuando aparece alguien gritando desde lo alto de una construcción, continúa en un billar y terminará en un bar repleto de hombres, todos celebrando y con un voz en off que nos dice “por lo que se emocionan con la llegada de un nuevo amigo”. A lo largo del comercial lo único que podemos observar es que ser hombre lo determinan las funciones que se desempeñan en la sociedad, por lo que el hecho de haber nacido varón es motivo, pero no es suficiente para ser condición.

El letrero del jeep contiene los mismos elementos: el que haya sido niño y el padre viaje en un auto por él considerado como digno de enorgullecerse, nos muestra que claramente no es tener un niño y un jeep lo que lo hace estar contento, sino la forma en que se posicionó ante este hecho. Recordemos que el jeep es un viejo modelo y en malas condiciones, es decir, verdaderamente no parece tener motivos para estar orgulloso de su automóvil, pero él valora su posesión por la función que cree desempeñar con él. Esta última frase la podemos inmediatamente transpolar a la valoración que se da al hecho de poseer un pene como sexo anatómico, no es que el pene por sí mismo tenga un valor, sino lo importante radica en la posición que me da (que adopto en función de los demás).

La idea expuesta en el párrafo anterior es la misma que desarrolla el psicoanálisis desde sus inicios, al hablar Freud de “envidia del pene” o “angustia de castración” en la cría humana, lo que está en juego en el psiquismo de ambos, no es el pene en sí mismo, sino la función que se le ha asignado a dicho órgano, por lo mismo Lacan para intentar aclarar esto, designa al falo como aquello a que se aspira tener, puesto que el mismo falo es el que me significará para los demás, recordemos junto con el psicoanalista Roland Chemama que el falo es el “símbolo de la libido para los dos sexos; significante que designa el conjunto de los efectos del significante sobre el sujeto y, en particular, la pérdida ligada a la captura de la sexualidad en el lenguaje”. Importante entender estas ideas, el falo es para ambos sexos y la pérdida está ligada a la captura de la sexualidad en el lenguaje, pues cuando se llega al mundo, el infante no tiene sexualidad, pero al introducirse el lenguaje, éste se la designará, pero a la vez se crea una brecha entre biología y psiquismo. Esto nos otorga varios elementos dignos de pensar, comenzando por echar abajo una supuesta esencia de hombre y mujer, aquí lo importante será en qué lugar se inscribe el sujeto (en falta).

Retomando nuestro interés, consideramos que tanto el comercial como el anuncio del jeep, lo que nos muestran claramente es la necesidad del hombre de posicionarse y darse un referente en torno a los demás, a partir de poseer un elemento, el cuál precisamente da una supuesta posición. El hombre lo que busca es colmar la falta constitutiva a través del fantasma, es decir, “la relación que mantiene el sujeto dividido con el objeto causa del deseo”.

Terminemos por mencionar además, que lejos de parecer un elogio al machismo más puro, encontramos una clara inclinación hacia el amor homosexual, los hombres no se emocionan por la llegada de otra mujer, sino por la de un nuevo amigo, que como ya nos enseñó Freud, la amistad entre hombres es pulsión sexual de meta inhibida, pero al final del camino, sexual.

Concluyendo aquí, pensemos que tanto el anuncio como el dueño del jeep, lo que nos evidencian no es el machismo del hombre, sino la propia condición del hombre, que si dejáramos fuera, volvería en otro lugar. Entendamos pues, que para los publicistas de la cerveza, el hombre podrá advenir como tal al desempeñar ciertas funciones sociales, pero reservémonos el pronóstico de negatividad en ello, además de tomar en cuenta que el elogio a ser hombre anatómicamente hablando, no es pos sí mismo reprobable, tendríamos que detenernos a conocer la particularidad del caso, además del propio lugar que ocupará este hecho biológico en el psiquismo del infante.

viernes, 22 de mayo de 2009

El nuevo Onán


"Y sabiendo Onán que la descendencia no había de ser suya,
sucedía que cuando se llegaba a la mujer de su hermano,
vertía en tierra,
por no dar descendencia a su hermano.
Y desagradó en ojos de Jehová lo que hacía,
y a él también le quitó la vida"
Génesis 38; 9-10



Cuando me enteré que dejaste a María porque encontraste tu verdadera vocación, ser sacerdote, no pude más que maldecirte. ¡Cuántas veces he soñado con romper mi celibato con aquella mujer, y ahora tú te marchas de su lado dejándola destrozada!

Las cosas cambian para ella y para ti, pero para mí no.

Onán al menos tenía una mujer, aun cuando fuera heredada.

J.V.R.

martes, 19 de mayo de 2009

"El Coloquio del Niño que quería cinco peso"


En una óptica del heroico puerto de Veracrú,
un niño mendigo entra, y con la dependienta
del establecimiento entabla este coloquio:

Niño.- Oiga, ¿Me da cinco peso?
Dependienta.- !A su¡ ¿Y pa que pides cinco peso? Mejor pide uno...
Niño.-Bueno, ¿Me da un peso?
Dependienta.- ¡NO!

Ricardo Rodríguez

domingo, 17 de mayo de 2009

In memoriam Mario Benedetti


¿qué sentido tendrá llegar a ser protagonista del silencio?
¿vanguardia del olvido?
¿qué será del amor y el sol de las once
y el crepúsculo triste sin causa valedera?
¿o acaso estas preguntas son las mismas
cada vez que alguien llega a los sesenta?
Mario Benedetti


por José Vieyra Rodríguez

Escritor uruguayo, de ascendencia italiana, nació en Paso de los toros en 1920. Hoy, 88 años después, falleció en su casa de Montevideo trás una serie de hospitalizaciones en los últimos meses (ver nota).

Benedetti fue un escritor cuantioso, nos ha dejado un enorme legado de letras, reunidos en diversos libros de poesía, cuento, novela, teatro y ensayo.

Aun cuando no es miércoles, Benedetti ha dejado un testamento, de esos que sí son colofón de vida, y es a bien por parte de nosotros aceptar sin desacato sus mandatos que no fueron redactados en unas cuantas hojas y con el sello de una notaría, sino que están en miles de páginas de libros esparcidos en todo el mundo en más de 20 idiomas. Su testamento lo encontramos redactado en versos pero también en prosa, incluso en obras de teatro. Su herencia es inestimable por su peculiaridad, nunca acabará ni perderá valor, los herederos somos todos quienes voluntariamente queramos acercarnos a sus libros y asumir lo que nos propone; luchar por construir un lugar sin dictaduras, tener el valor de morir por un credo, que traición no exista en nuestro vocabulario, que la denuncia sea parte de nosotros cada vez que nos encontremos ante su necesaria invocación, pero también que el amor guíe nuestro andar, que luchemos por la alegría, defendiéndola de quienes osan hacerle daño.

El escritor uruguayo fue incansable, escribió hasta la muerte y hasta a la muerte. Fallece cuando estaba por publicar un nuevo libro de poesía (“Biografía para encontrarme"), en él seguramente encontraríamos su característico estilo, sencillo pero nunca simple, citadino pero no vulgar, directo pero nunca pernicioso, humilde y sincero pero no falto del rigor de un genio esencial.

El pasatiempo de Mario Benedetti en esta vida fue escribir, con ello levantó barricadas, puso nieblas como telones para distraer a la muerte, pero aun así, sin ser invierno, murió y con él otro digno representante de las letras iberoamericanas.

Descanse en paz Mario Orlando Hamlet Ardí Brenno Benedetti.

miércoles, 13 de mayo de 2009

"Yo te ví, yo te ví, yo te ví robando"


Fidel Herrera : Yo te vi, yo te vi robando... from Politica en Video on Vimeo.


ACTUALIZACIÓN: Al parecer, las presiones del IFE sobre Youtube surgieron efecto, mi teoría conspiranoide es que como no pudieron obligar a Youtube a eliminar el video, presionaron a la discográfica dueña de la imagen del video, sin embargo, la web en sus nuevas virtudes nos trae de regreso el video en cuestión.

En los últimos días ha surgido en internet una guerra de campañas políticas sin precedentes en México que en lo particular a los internautas nos dejan un buen sabor de boca, ya que estamos ante una nueva manera de hacer las cosas y, sobre todo, de compartirlas.

Actualmente, se han eliminado las barreras de espacio (incluso, si se me permite decir, hasta de tiempo) gracias a la horizontalidad de internet (punto sobre el cual no pienso ni me gustaría entrar a discusión), situación que no comprenden las viejas y empolvadas asociaciones de antaño que, ante semejante conducta que pareciera tener la red (una especie de ente viviente), palidecen, se derrumban y se quiebran en horrorosos y ridículos pedazos de demagogia e ignorancia.

Internet no solo llego para quedarse, llegó para cambiar las maneras en las que muchos negocios se llevan a cabo, desde los clásicos negocios como las tiendas hasta los oficios más antiguos del mundo, la putería y la política (que me perdonen todos aquellos aficionados a la vida galante por compararlos con la aberrante política).

Hoy durante la mañana pude ver en el noticiero de Carlos Loret (el de Televisa, ¡Lanzaos a mi yugular, huestes anti-televisistas, cortádme las venas, sacádme el líquido vital!, pero aquí donde vivo es el único noticiero mexicano que se puede ver) la ridícula protesta de tarado pulgoso llamado Noé Geovanni Pérez, por la publicación de un video en el que se acusa (o se revela) la condición ratona y corriente del siempre cuestionado Fidel Herrera (perdón si me excedo en mi obvia imparcialidad).

En este artículo , se definen algunas de las razones por las cuales se solicita a YouTube la remoción del video (que al parecer y por lo que leí y entiendo de los términos de uso no existe ninguna razón, cuando menos legal, para que la administración del sitio retire el vide en cuestión.

No sólo es cuestión de decir verdades, de decir mentiras, no es una cuestión de libertad de expresión; es, más bien, una cuestión de ENTENDER (actividad cerebral que para los políticos mexicanos está negada por órden divino) cómo funcionan, se crean, se mueven y sobreviven los nuevos mecanismos de propagación actuales.

Más allá de estar de acuerdo o no con el contenido del suso-visto video, debemos entender que los nuevos medios y métodos son casi, casi, casi in-escondibles (adelante, talibanes del idioma). Hoy día es estúpido pensar que se puede controlar un contenido una vez que ya se encuentre en la red de redes (la rede, diría mi actualmente subterranea abuela).

Que triste ver que en el país de las barras y las estrellas la red jugó un papel DETERMINANTE en la elección del primer hombre de color como presidente de la nación más poderosa del mundo, o cuando menos la nación con la mayor cantidad de Mc Donalds... "Pero más sin en cambio" (gracias, abuelita), en nuestra amada república de las tranzas y el smog, los políticos en lugar de aprovechar las nuevas oportunidades, tiran por el gran retrete cósmico las tácticas y estrategias que podrían llevarlos a dimensiones desconocidas.

Para acabarla de amolar, sale el desvergonzado de Miguel de la Madrid Hurtado diciendo que Salinas ha hurtado la mitad de la partida secreta, ¡por el amor del MEV, aquí ya no hay respetillo!. Diga lo que quiera don Miguel, pero entienda que no puede luego echarse para atrás como si nada alegando que "no se encuentra en un estado de salud que le permita procesar adecuadamente dialogos o cuestionamientos" queriendole achacar el milagrito a otro santo. Permítaseme decir al margen, que a pesar de que pienso que usted nunca se encontró en tal estado (No se me enoje don señor, es cosa de naturaleza, no le es dado a los políticos cavernarios como usted tener ciertas capacidades), lo dicho, dicho está. O puesto en otras y más actuales palabras, "Lo subido, subido está".

Como colofón, me gustaría decir dos cosas:

1.-Sólo puedo pensar en que va a suceder esto
2.-La opinión aquí vertida es responsabilidad única de su autor. (y de todo aquel que quiera adherirse a ella)




Ricardo Rodríguez

domingo, 10 de mayo de 2009

¡Adiós, filosofía de pupitre!


por José Vieyra Rodríguez


La reforma educativa para el nivel medio superior, llevada a cabo el año pasado, contiene algunos puntos importantes dignos de mención, quizá el más para quien esto escribe es la eliminación de la asignatura de Filosofía en los planes de estudio del bachillerato.

Múltiples voces se han dejado escuchar en contra de esta nueva reforma por parte de la SEP en que excluye a la Filosofía a favor de “competencias y habilidades” actuales. Quizá la más importante presión para la incorporación nuevamente de esta asignatura la lleva a cabo el Observatorio Filosófico.

En este espacio no es mi intención argumentar la necesidad del mantenimiento de la Filosofía como asignatura, mucho menos hacer un examen de los lineamientos que guían a la educación en nuestro país para llegar a esto, tampoco pretendo tomar partido inmediatamente y decir que el sistema busca la eliminación del libre pensamiento y el impulso a la reflexión, lo anterior me parece que sonaría a clisé de estudiante de filosofía indignado ante el acontecimiento social.

Lo que aquí pretendo expresar es mi sorpresa de ver cómo los mismos filósofos y estudiantes de filosofía se plantan en una postura de inocentes mártires que son inmolados por parte de la oficialidad. Niegan su colaboración para que esto suceda, es decir, me pregunto porqué no tomar esta nueva reforma como síntoma, como retorno de lo reprimido que se nos devuelve para mostrarnos algo de nuestra propia actitud. Saltar y decir que no es culpa de nosotros y la filosofía actual, que es sólo una muestra de cómo los intereses políticos y económicos del tecnomercado no incluyen a la filosofía, me parece triste. Decir que nada tiene que ver la propia filosofía con que se le excluya, me parece chato, burdo, simplemente una forma de negar nuestra responsabilidad ante los hechos.

Más aún, sería interesante darnos cuenta que la filosofía no es excluida por lo peligrosa que resulta o las críticas que genera, seamos sinceros, esta no es una forma de censura, ¡qué bueno sería si así fuera!, pero no, si se excluye es porque la misma filosofía algo ha hecho para parecer obsoleta, sin sentido e importancia en la vida cotidiana. Quizá no ha sabido integrarse a la nueva forma de movimiento social, no quiero decir que tenga que prostituirse a favor de los intereses actuales, pero qué sucede que tampoco puede saberse manejar ante los nuevos tiempos, la era del mercado, la ciencia y la tecnología.

Insisto, debemos tomar la reforma como síntoma social que algo nos muestra de nosotros mismos, si negamos nuestra responsabilidad ante este hecho, no podremos ver en qué estamos implicados nosotros, y este síntoma será sólo la molestia que intentaremos quitar, eliminar sin escuchar lo que nos dice. El síntoma es el retorno de lo reprimido, algo de nuestra actividad como personas interesadas en la filosofía hemos reprimido, ahora se nos devuelve y si esto lo volvemos a recibir con gritos y pataleadas (quejas oficiales y no oficiales), y después silenciar con un buen medicamento (reincorporación a los planes de estudio), no habrá servido de nada que hayamos vivido esto, habremos callado la molestia pero sin tomar conciencia de nuestra responsabilidad para que esto sucediera.

En preparatoria, por el día de hoy, le damos la despedida a la filosofía, la única posible en un aula de clases, la filosofía de pupitre. ¿Tenemos algo que ver con su supresión?


viernes, 8 de mayo de 2009

partícipe

"como un suicida asomado
al borde del precipicio"
Ismael Serrano

recordar el momento en que fui traído
a este lugar no me es posible

delante de mí
el "desfile de la vida"
titularon

como todo desfile
preparado
programado
medianamente organizado
predecible

y ahora los infantes
anunciaron
abarrotados niños pasean
los vi

enseguida la mocedad
anunciaron
pasaron jóvenes gritando
frente a mí

los adultos y los trabajos
anunciaron
lentamente avanzaron
observé

ahora los matrimonios
anunciaron
pasaron felices y los últimos separados
cerré los ojos

y tú cuándo desfilas
escuché
me trajeron a contemplar
me limito a mi papel
repliqué

pero cuando esté impávido
daré un paso delante
hacia el desfiladero

J.V.R.

miércoles, 6 de mayo de 2009


Mariposas Amarillas,

¡Mauricio Babilonia!
Celso Piña
(no fue el primero en decirlo, pero de que lo dijo, sin duda lo dijo)


Me recuerdo bailando aquella sabrosa cumbia, alguna víspera de verano, no sé de cierto (ni de incierto) si corría el año de 1993 o el 2000, que para lo que nos atañe del cuento, lo mismo dá. Y lo mismo dá por que si no fuese acertado el dato, bien podríamos estar bailando "Mentiras, mentiras, mentiras, mentiras..." de los Vallenatos de la Cumbia, que según mi memoria un tanto viciada y oxidada, en aquellos años vió a luz en las emisoras locales de mi viejo Monterrey, que se empeña en parecer nuevo, en parecer de primer mundo, no entiendo para qué...

Las sodas se tomaban en bolsita, con popote los más finos, los más atrevidos mordían la bolsa, le hacían unos bujeros con los dientazos que no veas, quedaba aquella bolsa como queda cualquier bolsita de plástico después de ser mordida, pero solo en una de sus esquinas, pa no perder el glamour. Las competencias de comer tostadas con salsa súper picante eran cosas de todos los días, bueno, todos los días de lunes a viernes, que era, es y seguirá siendo, el tipo de semana laboral que prefieren nuestras escuelas secundarias.

Había de todo. Y cuando digo de todo, me refiero a que faltaban tantas cosas: El futbol lo jugabamos en una inmensa placa de concreto cuadrada, con una lata rellena de piedras que hacía las veces de balón (Vayan ustedes a saber en qué torcida cabeza cabe que una lata rellena de piedras pareciera balón). Hacia la cara sur del estadio, es decir, de nuestra amada placa de piedra, se encontraba el portón rojo, aquel que sólo estaba reservado para los más grandes, y no me refiero a los más grandes de edad, sino a los más grandes que había en la secu, tipos temibles, de pelo desteñido con agua oxigenada, tenis converse, pantalón rojo, entubado y arremangado. Ellos eran los elegidos para brincarla, eran los elegidos para salvar la tarde metido en el cuarto de máquinitas de Mortal Kombat que estaba metido en la casa de Pancho. Faltaban, también, pupitres, gis, libros, libretas, maestros, pero nos sobraba un gran espíritu de no sé qué, por que todos estabamos siempre unidos, excepto cuando nos peleabamos, que era la mayor parte del tiempo. Ahí tuve mi primer pelea en condiciones (deplorables), tuve mi primer beso (lo cambié por un 21, es más Jennifer María fue quien me sugirió tan suculento trato) toque mi primera nalga, que por fortuna no era la mía... era la de Cindy, y Cindy era la de todos, la que nunca se negaba a nadie ni a nada, sin importar que ella fuese un monumento (que SÍ lo era) y que el requisitor de sus encantos un chango.

Tuve todo lo que se puede tener en un lugar donde faltaba todo, y que a la vista de los años, largos años, se perdió en un horizonte nublado de recuerdos nada gratos... hoy no conservo ni una sola amistad de aquellos años, al Plátano se lo comió la mediocridad, al Mostro se lo comió la maldita pobreza (nunca vi a nadie luchar por las cosas como luchaba el Mostro), a Karina, se la comió un tipo afortunado que se casó con ella, a Lety, un tipo afortunado que no se casó con ella, a Janeth, se la comió una corriente sectaria, igual que al Emilio, que la última vez que lo ví me quiso bautizar en el acto (el acto era la boda de Janeth... vayan ustedes a saber el papelón que iba a hacer bautizandome en la boda de la única mujer con la que he peleado a golpes en mi vida). Dicen que Eloy terminó de judicial y que Efraín de trasvestista. De Segundo supe que había terminado una ingeniería, creo que de toda la bola fuimos los únicos en lograr semejante proeza...

La secundaria fue un puto lugar en el que nunca encajé pero que me dejó tres cosas claras, concisas y evidentes:

  1. Mi gusto por los Tigres del Norte (realmente se afianzo en esos años)
  2. Mi gusto por la música vallenata
  3. Mi gusto, mi adoración, mi dedicación vital y vocación por las mujeres
Ojalá y que todos los putos lugares en los que no encajamos nos pudieran enseñar tan valiosas lecciones...

Ricardo Rodríguez

martes, 5 de mayo de 2009

Cuando un panqué ordena… con el cariño de siempre


por José Vieyra Rodríguez


“[El superyó] es el monumento recordatorio de la endeblez y dependencia en que el yo se encontró en el pasado, y mantiene su imperio aun sobre el yo maduro. Así como el niño estaba compelido a obedecer a sus progenitores, de la misma manera el yo se somete al imperativo categórico de su superyó.”
Sigmund Freud

“La gran paradoja es que el deber de nuestros días no impone la obediencia y el sacrificio, sino más bien el goce y la buena vida. Y quizá se trate de un mandato mucho más cruel. Probablemente el discurso psicoanalítico es el único que hoy propone la máxima: gozar no es obligatorio, te está permitido no gozar’”
Slavoj Zizek



Algunos días atrás, mientras estaba en la tienda comprando unos cigarrillos, pensé en también llevar un pan dulce además del respectivo litro de leche para el desayuno del día siguiente. Así es que tomé un panqué de nuez de la marca Bimbo y el correspondiente litro de leche Lala (cual debe ser), además de pedir unos Camel 14’.

Al día siguiente al levantarme, recordé mi inteligente decisión del pan dulce y leche, así que me dirigí a la cocina, me serví un vaso y abrí el pan. Al terminar de comer, intenté cerrar con la envoltura lo que aún quedaba de panqué, al hacerlo me di cuenta que por fuera de la envoltura decía “Ahora panqué te da más panqué, ¡participa!” Cual niño pequeño, no me pude resistir a la tentación (creada) y no sólo abrí de nuevo el panqué, sino que rompí la envoltura para encontrar al reverso las palabras: “Sigue participando”.

Al decepcionarme, una voz interna me decía “estúpido, realmente creías que ganarías, es tan sólo mercadotecnia”, lo que el viejo Freud denominaba superyó, es la instancia crítica que juzga al sujeto y condena severamente al yo. Sin embargo, basta retroceder un poco en toda esta anécdota para encontrar también al superyó materno, el que me dijo que participara en algo que ni siquiera conocía, que me impuso el deseo de querer más panqué, ¡gratis!

Slavoj Zizek en varios momentos menciona que este superyó es aún peor que el que describe Freud, pues mientras el primero imponía prohibición o mandato, este segundo, el superyó materno (el que prevalece actualmente a nivel social), lo que impone es el ¡goce! En mi caso, primero me hizo querer más panqué (ya estaba satisfecho con el que había comido, ¡pero aún así quería más!) y no sólo eso, al encontrarme con la decepcionante realidad al no haber ganado, me impuso una consigna, al más puro imperativo categórico: “Sigue participando”. No encontré el amigable “Gracias por participar” que recuerdo haber leído alguna ocasión, tampoco el falso optimismo de “Suerte para la próxima” o menos el frío “Envoltura no ganadora”, me encontré frente al mandato materno de goce, ¡Sigue participando! ¡Hasta que ganes! ¡Quieres ganar! ¡Sigue, sigue, sigue! (cual diálogo de película pornográfica que supone un goce excesivo aun cuando esté ausente).

Ahora recuerdo el antiguo eslogan de Bimbo: “Con el cariño de siempre”. Así es, en la actualidad después de ordenarte descaradamente qué es lo que deseas y debes hacer; "tú no puedes ser un perdedor, compra hasta que seas un ganador", pero te recuerdan; es con el cariño de siempre.

El mercado impone la demanda, lo que quiero, y además con el mandato de gozar y no ser cualquiera, por eso, ante esto, quizá sería pertinente plantearnos la posibilidad de no querer estar bien siempre, no necesariamente ser triunfadores, ganadores, exitosos, sanos… ¿y qué si no quiero?

lunes, 4 de mayo de 2009


Un simple pollo amarillo...


En lo personal, siempre me han gustado los pollos, me parece que son animalitos de muchos huevos, en todos los sentidos... tienen un caminar bastante curioso y cuando están chiquitos las plumas parecen pelos, entonces parecen unas pequeñas bolas de pelos y todos sabemos lo que se debe pensar de una buena bola de pelos amarilla y con piquito (en general, casi cualquier bola de pelos es de considerarse).


Bola de pelos ilustrativa

Cuando yo era niño tuve un pollito, más bien, había un pollito que una vez tuvo la fortuna de que yo lo tuviera, era amarillo, pero como los pollos amarillos no vendían en aquella época, los genios comerciantes que convencieron a mi papá de que me lo comprara lo habían pintado ni más ni menos que de azul, así que ahora me encuentro perdido tratando de elaborar un discurso medianamente coherente al respecto de los pollos.

La cosa fue que de azul y pequeño, el pollo se convirtió en amarillo y grande, no sé a ciencia cierta si el pollo se convirtió o se despinto, aún no soy tan escéptico como para discurrir por las turbias aguas del método científico pollístico...

Un día, al llegar a casa en aquel vochito blanco que tenían mis papases, me dí cuenta que algún ser malvado y sin escrúpulos se había robado mi pollo, y el problema fue que el sucio ladrón nunca, nunca, nunca se dió cuenta de la confusión que me causaba que se hubiera robado mi pollo, por que ya nunca supe ni sabré si lo que me robaron fue un simple pollo amarillo o mi fabulantástico y excelentífico pollo azul...

Ricardo Rodríguez

Un interés de la filosofía: el psicoanálisis*


por José Vieyra Rodríguez

“la postulación de las actividades anímicas inconscientes
obligará a la filosofía a tomar partido y,

en caso de asentimiento,

a modificar sus hipótesis sobre el vínculo de lo anímico con lo corporal
a fin de ponerlas en correspondencia
con el nuevo conocimiento”
Sigmund Freud



Como se sabe, la relación de la filosofía con el psicoanálisis dista de ser la mejor. Desde los comienzos del mismo psicoanálisis, Freud exponía que un interés particular de la filosofía debía ser el psicoanálisis, pues, cualquiera que fuera el sistema filosófico desde donde se hablara, tenía puntos de conexión indudables con lo que el psicoanálisis estudia. Sin embargo, el mismo Freud nunca dejó de menospreciar en cierta medida a los filósofos, incluso no dudó en equiparar al delirio paranoico con un sistema filosófico, escribiendo en Tótem y tabú; “Uno podría aventurar la afirmación de que una histeria es una caricatura de una creación artística; una neurosis obsesiva, de una religión; y un delirio paranoico, de un sistema filosófico”[1].

También podemos recordar que aun cuando desde 1913 mencionaba a la filosofía como una de las disciplinas que no podrá dejar de tomar en cuenta el conocimiento del psicoanálisis, siempre consideró superior al mismo, pues “el psicoanálisis puede pesquisar la motivación subjetiva e individual de doctrinas filosóficas pretendidamente surgidas de un trabajo lógico imparcial, y hasta indicar a la crítica los puntos débiles del sistema”[2]. Lo anterior nos recuerda el más tenaz argumento del psicoanálisis en contra de la filosofía: el desconocimiento total del inconsciente por parte de ésta.

Así, Freud escribe “Lo psíquico de los filósofos no era lo psíquico del psicoanálisis. En su gran mayoría, ellos llaman psíquico sólo a lo que es un fenómeno de conciencia. El mundo de lo consciente coincide, para ellos, con la extensión de lo psíquico. A todo lo otro que acaso suceda en el «alma», esa alma tan difícil de aprehender, lo destronan y lo sitúan entre las precondiciones orgánicas o los procesos paralelos de lo psíquico. Dicho más estrictamente: el alma no tiene otro contenido que los fenómenos de conciencia… desde luego, que algo anímico inconsciente es un disparate, una contradictio in adjecto, y no quiere percatarse de que con este juicio no hace más que repetir su propia definición -acaso demasiado estrecha- de lo anímico. Al filósofo le resulta fácil afianzarse en esta certidumbre” [3].

Comenzando con el mismo padre del psicoanálisis, existe una innumerable lista de psicoanalistas que se han alejado intencionalmente de la filosofía, incluso el mismo Jacques Lacan se negó rotundamente a llamarse filósofo; “no me interesa la filosofía, además tiene ya bastante tiempo que no dice nada interesante” [4], con esta declaración parece seguir al maestro vienés cuando en su presentación autobiográfica escribe “y aun donde me he distanciado de la observación, he evitado cuidadosamente aproximarme a la filosofía propiamente dicha” [5].

Sin embargo, ninguno de los dos, ni el creador del psicoanálisis, ni su más ilustre lector y renovador, se han quedado indiferentes a planteamientos que antaño interesaban únicamente a la filosofía. Psicoanalistas, sí, pero pensadores de los grandes temas filosóficos.

Lo cierto es que mientras la filosofía se aferre a seguir en la línea racional de la conciencia, el intelecto, la libertad y la voluntad autónoma, regida únicamente por el yo, dueño y señor, seguirá siendo la filosofía un discurso del Amo (del maestro), que dicta qué hacer y por donde seguir, y aun cuando sus hipótesis no alcancen para explicar múltiples fenómenos propios del hombre, se seguirá negando a la incursión en postulados psicoanalíticos.

Lo anterior no significa que necesariamente todo filósofo tenga que ser psicoanalista, pero al menos sí es necesario tomar partido ante este nuevo descubrimiento que hace Freud hace más de cien años. Y así, decir quienes estamos interesados en la filosofía, si aceptamos incursionar de alguna manera en el camino propuesto por el psicoanálisis y replantear los grandes temas, y preguntarnos una vez más qué es la voluntad, antes de dar por sentado que nuestra conciencia es quien la tiene, pues con lo último retornamos a la problemática planteada por Lacan; “la filosofía en su función histórica es la que presiona el saber del esclavo para obtener su transmisión en saber del Amo” [6], cerrada a otro posible saber, al del inconsciente.

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*Artículo publicado en epsys revista de psicología y humanidades. Enlace a esta publicación.
[1] Freud, S. Tótem y tabú. (1914) Ed. Amorrortu. Vol. XIII. Argentina.
[2] Freud. El interés por el psicoanálisis. (1913) Ed. Amorrortu. Vol. XIII. Argentina.
[3] Freud, S. Las resistencias contra el psicoanálisis. (1925) Ed. Amorrortu. Vol. XIX. Argentina.
[4] Lacan, J. Mi enseñanza. Ed. Paidós. 2006. Argentina.
[5] Freud. Presentación autobiográfica. (1925) Ed. Amorrortu. Vol. XX. Argentina.
[6] Lacan, J. Seminario XVII. El reverso del psicoanálisis. Ed. Paidós. 2006. Argentina.